Una casa de ancianos en Japón «contrata» a bebés para un trabajo esencial: acompañar a sus residentes y hacerlos sonreír, a cambio de pañales y leche en polvo.
Los nuevos «empleados» del establecimiento ubicado en Kitakyushu (suroeste) deben tener menos de cuatro años y sus padres deben firmar un contrato que estipula que los pequeños deben «ir a trabajar cuando tengan ganas».
Pueden hacer una pausa «cuando tengan hambre o sueño», detalla el contrato.
Hasta ahora, más de 30 familias han inscrito a sus bebés para acompañar a más de 100 ancianos, la mayoría octogenarios, indicó la directora del establecimiento, Kimie Gondo.
«El simple hecho de ver a los bebés los hace sonreír», dijo a la AFP.
Un anuncio de empleo pegado en una pared del establecimiento dice en letras grandes «¡Estamos contratando!» e informa a los solicitantes que se les pagará por sus servicios en pañales y leche en polvo.
«Los bebés permanecen todo el tiempo con sus madres. Es como si los llevaran a pasear al parque», explica Gondo.
Los residentes parecen estar muy contentos con los nuevos empleados, conversan con ellos y les dan abrazos.
«Son muy tiernos, me recuerda la época en la que tenía bebés», dijo una residente a un canal de televisión local.
Hasta ahora, la iniciativa ha tenido excelente resultados, según Gondo. «Algunos niños tienen excelentes relaciones con nuestros residentes, como abuelos y nietos», afirma.