Así, ha afirmado que «expresar una identidad de género falsa que difiera del sexo de una persona no puede satisfacer los rigurosos estándares necesarios para el servicio militar», porque, «más allá de las intervenciones médicas hormonales y quirúrgicas, la adopción de una identidad de género incompatible con el sexo de una persona entra en conflicto con el compromiso de un soldado con un estilo de vida honorable, veraz y disciplinado».
Por otro lado, ha eliminado los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés), al considerar que estas acciones «socavan» la meritocracia y «las conciencias de los estadounidenses al participar en una discriminación racial y sexual odiosa». «Ningún individuo o grupo dentro de nuestras Fuerzas Armadas debe ser preferido o desfavorecido por motivos de sexo, raza, etnia, color o credo», ha concluido.
El inquilino de la Casa Blanca ha firmado un decreto por el cual readmitirá a aquellos militares que no se vacunaron de la COVID-19 a modo de «reparación», después de que en 2021 se ordenara que todos recibieran la vacuna y en 2023 se les rescindiera el mandato, lo que era «una carga injusta, excesivamente amplia y completamente innecesaria».
«El Ejército despidió injustamente a quienes se negaron a vacunarse, independientemente de los años de servicio prestados a nuestra nación, después de no conceder a muchos de ellos una exención que deberían haber recibido. La reparación por parte del Gobierno federal de cualquier despido injustificado está pendiente», reza el texto.
Por último, el mandatario ha ordenado construir un sistema de defensa inspirado en el modelo israelí, la Cúpula de Hierro, al sostener que «la amenaza de ataque con misiles balísticos, hipersónicos y de crucero, así como otros ataques aéreos avanzados, sigue siendo la amenaza más catastrófica que enfrenta Estado Unidos«.
«En los últimos 40 años, en lugar de disminuir, la amenaza de las armas estratégicas de nueva generación se ha hecho más intensa y compleja con el desarrollo por parte de adversarios (…) de sistemas vectores de nueva generación y de sus propias capacidades de defensa aérea y antimisiles integradas en el territorio nacional», ha señalado.
Despedidos empleados del departamento de justicia
La noticia sobre la restructuración del Ejército llegaba tan solo unas horas después del terremoto político dentro del Departamento de Justicia, que había anunciado el despido de varios de sus abogados de carrera que participaron en las investigaciones judiciales contra Trump. En concreto aquellos que participaron en la investigación del fiscal especial Jack Smith que propició la imputación de Trump por la gestión de documentación clasificados y por su relación con el asalto al Capitolio. Todo ello pese a que los cargos fueron finalmente desechados tras la victoria electoral del republicano.
«Hoy el fiscal general en funciones, James McHenry, ha despedido a varios cargos del Departamento de Justicia que desempeñaron un papel importante en el encausamiento del presidente Trump», ha reconocido un portavoz del Departamento de Justicia a la cadena de televisión estadounidense NBC. «En vista de sus acciones, el fiscal general en funciones no confía en estas personas para que ayuden a aplicar fielmente las órdenes del presidente. Esta acción tiene que ver con la misión de poner fin a la instrumentalización del Gobierno», ha añadido.
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