El pastor Pablo Ureña, que encabeza la organización Niños por una Esperanza, denunció ayer que muchos menores están siendo utilizados para el microtráfico de drogas, como mulas en diferentes sectores de Santiago Oeste, lo que representa una grave situación.
El dirigente comunitario y religioso indicó que en los operativos que hacen las autoridades de la Direccion Nacional de Control de Drogas (DNCD), contra los promotores del vicio, solamente apresan a esos menores de edad. Ureña expresó que además de dedicarse al microtrafico, muchos menores pertenecen a pandillas, que participan en otras acciones delictivas, como bandas de atracadores.
El pastor encabezó ayer una caminata por calles de Cienfuegos para conmemorar el mes contra el abuso infantil, lo que aprovechó para hacer un llamado a las autoridades y otros sectores, a fin de aplicar medidas contra esa situación que destruye a niños y adolescentes. El religioso indicó que en la zona todo el mundo conoce dónde están los puestos de venta de drogas, pero las autoridades no los enfrentan debidamente y mejor atacan a los menores, quienes son usados por los adultos para esos fines perversos.
Ureña se quejó que el Estado no ayuda a los programas que realiza para mantener a esos grupos humanos vulnerables alejados de los vicios y la corrupción, dependiendo fundametalmente de la colaboración de una agencia internacional.
Dijo que cuenta con la capacidad de asistir a unos 500 menores, pero que por falta de recursos, apenas puede atender unos 200, lo que deja a una gran cantidad en las calles, sin estudiar para ser facilmente reclutados para el tráficio de estupefacientes y las pandillas.
En la caminata por las calles de Cienfuegos otros dirigentes comunitarios se sumaron a la preocupación del coordinador de Niños por una Esperanza, para exigir mayor atención por parte de las instituciones públicas, a favor de la niñez de esa zona, altamente poblada y de mucha pobreza. Planes
El programa Niños por una Esperanza, opera en el empobrecido sector Santa Lucía del barrio Cienfuegos, de Santiago, y ofrece asistencia educativa y alimentaria a 267 menores de edad, muchos de ellos rescatados del vertedero de Rafey.
El presidente del programa, pastor Ureña, dijo que el proyecto es de vital importancia para ese y otros sectores pobres, pero que se necesita de ayuda del Estado. No obstante, refirió que hay empresas que ofrecen su ayuda.
Durante la misión de Ureña en febrero de 2011, reclamó “alimentos para estos niños y adolescentes, así como un comedor, porque no tienen donde sentarse”.
Según Ureña, se busca que estos niños, niñas y adolescentes sean entes productivos para la sociedad y no un estorbo. Explica que la pobreza no es escollo para formar a estos niños para que en el mañana sean líderes y ejemplos vivos de convivencia en la sociedad.
Asistencia.
En la historia de la entidad a favor de la niñez, el pastor Ureña dijo en 2011 que el proyecto busca rescatar a niños a los que se les ofrecen asistencia educativa, espiritual y alimentaria.