Provinciales
Parquímetros estorban en vías públicas de Santiago
El sistema regulado de estacionamiento, mejor conocido como “parquímetros”, se ha convertido en un instrumento decorativo del Centro Histórico de Santiago, tras haber sido declarado inconstitucional su funcionamiento, desde febrero de 2010.
En cada tramo de las principales calles de la ciudad, como la 16 de agosto, la calle El Sol y la San Luis se contabilizan hasta cuatro de estos dispositivos por esquinas.
“Me parece que deben quitarlos principalmente por los transeúntes no videntes. Ellos no tienen ninguna protección y pueden tropezarse con esto”, comenta Germania, una señora vendedora de libros que esperaba por clientes cerca de la una de la tarde del jueves último.
Otros ciudadanos consultados consideran que con el paso de los años este artefacto se ha convertido en un “estorbo” para muchos residentes y que su reutilización significaría volver al estrés que les ocasionaba años atrás.
¿A favor?
Pese al caos y “dolor de cabeza” de aparcar un vehículo en el Centro Histórico de esta ciudad, empresarios concuerdan que los parquímetros sí deben ser retomados.
“Creo que bien organizado los parquímetros funcionan. Esta es una solución que con una óptima administración permitiría un uso racional de los espacios y un mayor orden y seguridad”, garantizó Ulises Rodríguez, actual director del Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial (PROINDUSTRIA).
Por su parte, el arquitecto David Tejada argumentó que en un principio la idea fue aceptable, sin embargo, su implementación en la ciudad no fue la correcta porque muchos de los parquímetros no funcionaban adecuadamente.
“La recolección de dinero a través de esta máquina provocó que las personas duraran menos tiempo estacionados. Por esa razón, resolvían sus diligencias con rapidez para así pagar menos”, explicó Tejada.
De igual forma, manifestó que deberían retomarse los parquímetros, pero que estos necesitan ser sustituidos por unos más modernos y funcionales.
“Para ello es necesario dotar a la población de una mejor educación vial, así lograremos desahogar un poco las vías y se liberará de manera más eficiente la ocupación de vehículos estacionados”, apuntó el arquitecto.
Sin embargo, entiende que mientras no funcionen una mejor opción sería desmontarlos o reciclarlos de alguna manera.
Por otro lado, Julio Corral, consultor del Plan Estratégico de Santiago, en el área de Sostenibilidad Ambiental, Ordenamiento Territorial y Cambio Climático, señala como positivo este recurso por la seguridad y el orden que brindaba en ese momento.
“Fue una buena experiencia. Recordemos que el parquímetro era un modo de generar recursos para el propio ayuntamiento e implicaba un orden en el sistema de parqueo de nuestra urbe”, afirmó Corral.
Igualmente, comentó que para el Centro Histórico le parece “interesante”, siempre y no se aplique en otros puntos de lo ciudad, ya que esto podría generar “un gran conflicto”.
Instalación inicial
Los parquímetros comenzaron a funcionar en 2007 en el centro histórico de Santiago,convirtiéndose en la primera ciudad dominicana con este sistema de estacionamiento regulado.
Este proyecto surgió desde instituciones santiagueras: empresarios y sectores de la ciudadanía preocupados por la pérdida de las actividades de ordenamiento, seguridad y acceso vial del centro de la ciudad.
Según estudios de departamentos municipales y entidades de choferes, al casco urbano de esta localidad ingresan diariamente más de 2 mil unidades motorizadas, entre ellas, carros, motores, bicicletas y hasta triciclos.
Carlos Manuel Lora, expresidente de la Asociación de Tiendas del Centro Histórico de Santiago, manifestó su apoyo a los parquímetros debido al “importante rol” que ocupó en su momento, y que por causa de su eliminación algunos propietarios y empleados de distintos establecimientos comerciales se adueñan de los espacios desde las 7:00 de mañana hasta las 7:00 de la noche.
En junio de 2010, el pleno de la Suprema Corte de Justicia emitió una sentencia que anula el contrato entre el Ayuntamiento de Santiago y la empresa Blue Parking Caribbean para controlar los parquímetros, un veredicto que se cumple a día de hoy. Desde entonces, los parquímetros se han ido convirtiendo en parte de la estructura visual de la ciudad, a pesar de no estar operando.