En República Dominicana, el periodismo transita un momento crucial, marcado por una transformación digital que impone rapidez, versatilidad y nuevas formas de narrar. Pero, al mismo tiempo, este oficio de vocación profunda, sigue anclado en valores inmutables: la búsqueda de la verdad, la ética profesional y el compromiso humano.
El tránsito desde los formatos impresos y televisivos hacia entornos digitales, ha obligado a los periodistas a reinventarse constantemente. “Si eres periodista y piensas que lo tradicional es suficiente, estás frito”, dice Joel Sardá, coordinador del departamento de redes sociales de El Nuevo Diario, al explicar cómo los cambios tecnológicos han forzado una evolución acelerada en la profesión, especialmente luego de la pandemia por la Covid-19.
Sardá apuesta por contenidos breves, visuales y con sentido noticioso, pero nunca desligados de la ética. “La ética debe ser el escudo del periodista. No se trata de likes, sino de credibilidad”, recalca.
Una generación digital con propósito
Jóvenes periodistas como Karla Alcántara, de Acento, también han encontrado en lo digital no solo una plataforma de expresión, sino un camino para especializarse. Con apenas 24 años, Alcántara ya explora el periodismo económico desde una perspectiva fresca y visual.
“Me encanta agregar gráficos dinámicos para facilitar la comprensión de temas complejos. Lo digital me permite eso: hacer accesible lo técnico”, afirma.
Aunque defiende la evolución digital, Karla mantiene una mirada crítica: “No se trata de reemplazar lo impreso, sino de adaptarse. El periodismo sigue siendo uno solo”.
Como muchos, compagina más de un empleo para sostenerse económicamente, colaborando también con revistas nacionales e internacionales.
El periodismo no es una moda
Para periodistas con más tiempo en la profesión, como Karelyn Cuevas, de CDN, la realidad es similar, pero con un matiz de alerta. “El periodismo digital es una oportunidad, pero también un riesgo si se olvida que nuestras bases son la veracidad y la ética”, dice. Karelyn denuncia el intrusismo profesional como una de las grandes amenazas actuales. “Cualquiera se identifica como colega sin haber pasado por una formación seria”, lamenta.
Desde su experiencia cubriendo muertes en hospitales durante la pandemia, Karelyn también llama la atención sobre las emociones que acompañan este oficio. “Ahí comprendí realmente el compromiso y los riesgos del periodismo”, recuerda.
Inmediatez vs. profundidad
La velocidad con la que se difunde una noticia hoy puede desdibujar el valor del periodismo de investigación. Así lo advierte Javier Herrera, editor digital vespertino del periódico HOY.
Herrera critica el fenómeno del copy-paste como uno de los grandes males que enfrentan los medios y los periodistas éticos.
Condiciones económicas que desafían la vocación
Más allá de la ética y la pasión, los periodistas enfrentan una precariedad económica que se ha vuelto crónica.
Todos los entrevistados coinciden en que el salario sigue siendo un obstáculo que puede comprometer incluso la independencia profesional.
Sardá lo resume así: “El sueldo del periodista es como una cebolla: cuando lo ves, te dan ganas de llorar”.
Este contexto ha motivado a muchos a diversificar sus ingresos mediante la formación continua, relaciones públicas, producción comercial, o colaboraciones internacionales. Aun así, persiste un llamado urgente a dignificar la profesión.
Un mismo periodismo, una nueva forma de contarlo
A pesar de las diferencias de generación, formato o experiencia, todos coinciden en un punto esencial: el periodismo es uno solo. Con sus principios intactos, pero con herramientas y lenguajes adaptados a los tiempos actuales.
“Estamos llamados a informar con rapidez, pero también con humanidad. La misión no ha cambiado: contar la verdad con rigor”, concluye Javier Herrera.
Fuente: Periódico Hoy