“No digas mi nombre” es una película, protagonizada por Brooklyn Wittmer, que recrea la historia de un hecho real y cuenta cómo una joven, luego de haber sido víctima de explotación sexual, puede recuperar su vida de la mano del Señor y continuar reconstruyendo su historia de una manera sana.
La idea de filmar la cinta nace cuando la guionista, Patricia Landolfi se encontraba en un momento de oración, y siente en su corazón que Dios le habla para que se involucre en la filmación de un drama de trata de personas.
Patricia y su esposo Federico Segarra son dueños de la productora cinematográfica que se encarga de hacer un cine con propósito y llevar el mensaje de Dios a través de sus filmaciones. Al principio, cuenta Patricia, que estuvo renuente a embarcarse en el proyecto, pues sobre el tema hay una gran cantidad de películas, y no han ayudado en nada, pero en un nuevo encuentro de oración con Dios, le revela el propósito y el nombre que llevaría la película “No digas mi nombre”, la que estrena, los cines de Caribbean Cinemas a partir del jueves 18 de agosto.
“No digas mi nombre” también fue la primera frase que emitió la joven que cuenta su historia y que da testimonio de cómo después de haber sido secuestrada en un prostíbulo, vejada, violada hasta por 25 hombres al día, logra escapar y recuperar su vida al encontrar los caminos del Señor.
Proceso de sanación
“La película relata el proceso de sanación de una joven que fue víctima de trata de blanca, que la obligaron a prostituirse, porque la tenían bajo amenazas, secuestrada, y que logra escapar y recuperar su vida”, cuenta Patricia Landolfi, en su visita al LISTÍN DIARIO, junto a su esposo Federico Segarra.
A Patricia se le ilumina el rostro cuando va revelando como Dios fue abriendo puertas y facilitando todo lo necesario para la embarcarse en el proyecto, pero a la vez, también rompe en llanto cuando le toca desempolvar algunas de esas historias de jóvenes, niñas y niños que conoció sobre explotación sexual.
“Pero hay una luz, cuando conocimos la historia de la joven que sanó, que lleva una vida normal, de la mano del Señor, entonces digo hay esperanza. Dios es la luz que podrá sacar a muchas víctimas de ese calvario, porque solo el 5 % logra recuperarse, el 95 % de las víctimas o regresan a las calles a prostituirse, son estigmatizadas, la sociedad las rechazas y otras terminan suicidándose”, reveló al momento de estallar en llanto.
La pareja de esposo, que profesa el cristianismo, luego de una exhausta investigación en el país, deciden viajar a Estados Unidos y presentan el proyecto a Marty Jean-Louis, quien se involucra de tal manera que termina siendo el productor de la cinta.
En EE.UU.
Es Marty Jean-Louis quien los pone en contacto con el Departamento de Investigaciones de Estados Unidos, en donde reciben todas las facilidades para rehacer el guion y filmar la película.
“Solo Dios abre puertas tan grandes como esa, porque nosotros solo somos dos dominicanos con residencia estadounidense, con el deseo de hacer cine con propósito, y es el Departamento de Investigación de Estados Unidos que nos da todas las facilidades, viajamos a New Jersey, allá hicimos entrevistas y conocemos todo el proceso de investigación, luego viajamos a Miami, Florida y ellos nos facilitaron la locación, sus oficinas, el apoyo y la orientaciones de agentes, investigadores, que nos orientaron como era el trabajo de ellos para que la película reflejara la mayor realidad posible”.
“No digas mi nombre” tuvo una premier el pasado dos de agosto en Caribbean Cinemas, contó la presencia especial de los actores Brooklyn Wittmer, Cameron Arnett y Jason Barbeck, quienes compartieron con la prensa algunos detalles de la película.
Sipnosis
“No digas mi nombre”, el fuego interior de un alma invencible es una película protagonizada por Brooklyn Wittmer (Adriana) e inspirada en la historia real de una sobreviviente del tráfico sexual y la trata de personas, la cual después de escapar de sus raptores, inicia un atormentado viaje de supervivencia mientras