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Las 5 lecciones financieras que deberías saber antes de los 30 años
La juventud es el peor momento para manejar las finanzas personales. Los gastos sin control durante una noche, las compras innecesarias y los caprichos, unidos a la falta de experiencia y preparación, convierten a los más jóvenes en las personas menos preparadas para controlar su dinero.
La otra cara de la moneda muestra una realidad diferente: las personas de 30 años están en la mitad de su vida laboral. Es decir, estos trabajadores solo tienen otras tres décadas para generar ingresos y aprender a administrarlos. De lo contrario, no estarán preparados para la jubilación.
En este sentido, Insider ofrece cinco consejos para que los ahorradores inexpertos aprendan a controlar su dinero antes de que sea demasiado tarde.
1. Cíñete a un presupuesto
Muchos jóvenes se han propuesto crear un presupuesto y seguirloa raja tabla , pero muy pocos acaban haciendo caso a las pautas de gasto que ellos mismos se han marcado.
Los 20 años son una época de despilfarro. Sin embargo, debería ser el periodo en el que el joven se prepara para poder independizarse y empezar una vida lejos de la seguridad financiera que aportan los padres.
Por este motivo, estos trabajadores tienen que empezar a crear presupuestos, sabiendo exactamente a donde va cada céntimo, y ceñirse a ese plan de gastos. No obstante, esto no prohíbe crear un pequeño apartado dentro de la tabla destinado al entretenimiento y los viajes.
2. Ahorrar entre el 10% y el 20% de los ingresos mensuales
La gran mayoría de expertos en la materia recomiendan llevar a cabo esta práctica. En primer lugar, es necesario saber que las finanzas personales se cimientan sobre una base: los gastos fijos y los gastos variables.
Los gastos fijos se repetirán mes a mes, como el alquiler o la hipoteca. Por su parte, los gastos variables son contingencias que se dan en meses concretos o pagos que, aunque se repiten con frecuencia, varían mucho en su cuantía. Teniendo en cuenta este aspecto, los expertos recomiendan destinar el 80% de los ingresos mensuales a estos dos lugares, lo que permitiría que el 20% restantes se dirigiese a un plan de ahorro.
No obstante, ateniendo a la situación laboral de gran parte de los jóvenes españoles, este porcentaje puede reducirse hasta el 10% cuando el presupuesto es muy ajustado.
3. Ser realista con las metas financieras
Los 20 años también son el momento de crear una vida futura, de sentarse tranquilamente a pensar un plan de acción. Estos jóvenes deben preguntarse «¿Qué quiero hacer con mi vida?».
Si el plan es comprarse una casa y un coche, es la hora de planear las finanzas para que estén dirigidas a lograr ese fin. No obstante, la idea puede ser mucho más pequeña. Si el plan es hacer un viaje a un país exótico, un buen plan financiero permitirá cumplir la meta en uno o dos años.
Lo importante es ser realista con las metas establecidas, que sean acordes a los ingresos que se generan, y empezar a crear un plan de ahorro para alcanzarlas a medio o largo plazo.
4. Liquidar las deudas
Muchas personas viven en la cultura del endeudamiento, solicitando préstamo tras préstamo y generando unos deberes de pago a largo plazo demasiado grandes. Lamentablemente, poco se puede hacer para evitar esta deuda. Sin embargo, sí que se puede crear un plan de choque para abordarla.
Los expertos recomiendan enumerar todas las deudas de menor a mayor, independientemente de la tasa de interés. A partir de aquí, estos jóvenes deberían realizar el pago mínimo de todas sus deudas, excepto de la de menor valor.
Esta práctica tendrá un impacto significativo en las finanzas personales y permitirá que el presupuesto se amplíe, por lo que también se incrementará la capacidad de ahorro.
5. Iniciar un fondo de emergencia
Los imprevistos son una realidad, forman parte del día a día de cualquier persona, por lo que hay que saber cómo abordarlos. Los expertos aconsejan crear un fondo de emergencia. Es decir, destinar una pequeña parte de los ingresos mensuales a crear un apartado dedicado a las contingencias.
De lo contrario, lo más probable es que estos jóvenes tengan que recurrir a sus ahorros para cubrir los gastos imprevistos, lo que impedirá seguir los presupuestos marcados anteriormente.