La Agencia Efe ha decidido suspender temporalmente desde hoy su actividad informativa en Rusia, como consecuencia de la aprobación de una nueva ley que prevé penas de hasta 15 años de cárcel por diseminar lo que las autoridades puedan considerar «información falsa» en relación con la guerra en Ucrania.
La decisión de la agencia española de noticias se suma a la adoptada por otros medios de comunicación de todo el mundo, como BBC, CNN, CBS o Bloomberg, que han cesado temporalmente su labor informativa en Rusia, mientras siguen informando del conflicto desde Ucrania y otros lugares.
La nueva legislación rusa sanciona con fuertes multas y penas de entre 5 y 10 años de cárcel la difusión de información que las autoridades rusas consideren falsa sobre las acciones de sus Fuerzas Armadas en Ucrania y los llamamientos a adoptar sanciones contra el país, así como por las «acciones públicas» que busquen desprestigiar la actuación del Ejército ruso en «la defensa de los intereses de Rusia y sus ciudadanos, en la preservación de la seguridad y paz internacionales».
Además de la ley, el regulador ruso de comunicaciones bloqueó el viernes Facebook y Twitter como respuesta al veto de la Unión Europea a los medios oficiales rusos Rusia Today y Sputnik, a los que la UE acusa de ser parte de la maquinaria de guerra de Rusia
Las autoridades rusas han bloqueado también el acceso de los ciudadanos a medios occidentales, como la británica BBC y la alemana Deutsche Welle, y han cerrado varios medios nacionales para impedir el acceso a información independiente.
En relación con estas medidas restrictivas y sanciones penales adoptadas por las autoridades rusas, la presidenta de la Agencia Efe, Gabriela Cañas, ha declarado: «La Agencia Efe lamenta profundamente este gravísimo ataque a la libertad de expresión; un intento evidente del Kremlin de ocultar la verdad a la opinión pública».
Es la primera vez desde 1970, año en que Efe abrió su oficina permanente en Moscú, que la Agencia se ve forzada a suspender la actividad de sus periodistas acreditados en la capital rusa. EFE