Los manifestantes en Les Cayes en Haití comenzaron una nueva jornada de protestas el miércoles por la mañana.
Los pobladores caminan por las calles con un ataúd con fotos del primer ministro Ariel Henry. Protestan por el aumento de los precios del combustible, el alto costo de la vida y la partida de Ariel Henry.
Se levantan barricadas en todo el centro de la ciudad y en los ejes que conducen a otros municipios. Las instituciones públicas no funcionan, las empresas privadas y los bancos comerciales mantienen sus puertas cerradas.
“No podemos vivir en este país. Un galón de gasolina cuesta actualmente 2,500 gourdes”, preguntó un manifestante.
“No podemos comprar un saco de arroz, ni un saco de harina. No podemos vivir así”, continuó otro, sosteniendo la rama de un árbol.
“Exigimos la salida de Ariel”, dijo una joven sudorosa. “La gente no perderá la pelea. Queremos que Ariel Henry se vaya, de lo contrario iremos al final del juego. Son las personas las que se llevarán el trofeo”, dijo Ricardo Bain, un activista político que dijo estar en contra del expresidente Joseph Martelly.
Los manifestantes que acudieron al popular barrio de La Savane de Les Cayes saquearon por completo “Piyay depot”, una tienda ubicada en la rue Antoine Simon. Desorientado, el dueño vio entre lágrimas los destrozos en presencia de agentes de la PNH, impotentes ante los manifestantes.
Un magnicidio, un potente terremoto y el agravamiento de la inseguridad recrudecieron este año la dramática crisis en Haití, el país más pobre de América y cuya economía languidece sin un plan de rescate a la vista.