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Gobiernos y organizaciones recuerdan la necesidad de preservar el agua
Para el entorno natural, para la agricultura, para la industria, para el aseo personal, o para algo tan básico como beber diariamente, el agua se ha convertido en uno de los recursos naturales más codiciados, cuya importancia recuerdan hoy numerosas autoridades en todo el planeta en el Día Mundial del Agua.
La cita central es en Nueva York donde ha comenzado la Conferencia del Agua de la ONU, que reúne a Gobiernos, empresas y organizaciones civiles, con un llamamiento a actuar urgentemente en la protección de los recursos hídricos y en el objetivo de que toda la población tenga acceso a agua potable y saneamiento adecuados.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, ha inaugurado la ronda de intervenciones nacionales en este foro pidiendo un «cambio radical» para dar respuesta a la crisis global del agua, un «derecho fundamentalísimo para la vida» que no debe convertirse «en una mercancía más».
Según la ONU, entre 2,000 y 3,000 millones de personas sufren ahora mismo escasez del líquido elemento y el problema se agravará en los próximos decenios mientras se multiplican los desastres meteorológicos relacionados como las sequías o las inundaciones.
De hecho, cerca del 90 % de las crisis ambientales está relacionado con esa escasez, según un estudio de la organización norteamericana Water For People, que trabaja entre otros países en Honduras, donde casi 7,5 millones -más del 77 % de la población total del país- carecen de agua potable.
Uno de los técnicos locales de esta organización, David Ramos, ha denunciado que «muchos menores de cinco años mueren» en el país centroamericano víctimas de enfermedades relacionadas con la falta de acceso a agua potable y saneamiento adecuado y otros abandonan la escuela para buscar agua para sus familias.
Este recurso natural no sobra en ninguna parte, ni siquiera en los países con mejor renta económica y una red pública de agua potable generalizada, como sucede en la próspera ciudad-estado de Singapur que, según un informe del Instituto para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud de la Universidad de las Naciones Unidas, es el lugar del mundo con mayor consumo per cápita de agua embotellada.
Cada singapurense se gastó el equivalente a casi 1,250 euros -unos 1,350 dólares- en agua embotellada durante 2021, una cantidad bastante por encima del segundo clasificado en la lista: Australia, con algo menos de 360 euros -poco menos de 390 dólares.
Este documento, que analiza el gasto medio anual en agua embotellada en 109 países, fija la media en unos 31 euros -en torno a 34 dólares-, una cantidad que, aunque parece menor, ha experimentado un crecimiento del 73 % en el último decenio.
El mayor consumo por el incremento de la población y el crecimiento económico, la contaminación de los acuíferos e incluso la subida de las temperaturas y sus fenómenos asociados son algunos de los desafíos que han llevado al eurocomisario de Medioambiente, Virginijus Sinkevicius, a dibujar un panorama sombrío, hasta el punto de poner en jaque la seguridad alimentaria y el equilibrio geoestratégico de buena parte del planeta.
Según los datos manejados por la Comisión Europea, el 40 % de la población mundial vive en zonas afectadas por el estrés hídrico y, para 2030, ese porcentaje aumentará hasta un 50 %.
Y Europa no quedará al margen, tras la grave sequía del verano pasado que podría repetirse este año, por lo que Sinkevicius espera «compromisos ambiciosos» del foro neoyorquino que durará hasta el próximo viernes 24.
Para esa conferencia, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, Adrienne Watson, ha adelantado ya que Washington anunciará compromisos financieros por valor de casi 50,000 millones de dólares.
Incluso el papa Francisco ha hecho referencia a este foro internacional al final de la audiencia general del miércoles recordando que el agua «no puede ser derrochada ni abusada» ni debe ser «motivo de guerras» sino que debe ser preservada para nuestro beneficio y el de las generaciones futuras».