En Ucrania, ya sabemos algo más sobre estos combatientes rusos que desde el lunes llevan a cabo operaciones militares en la región fronteriza de Belgorod, en el territorio de la Federación Rusa. Se trata de dos organizaciones militares, la Legión de la Libertad de Rusia y el Cuerpo de Voluntarios de Rusia, dos formaciones de combatientes rusos decididas a derrocar el régimen de Vladímir Putin, e incluyen en sus filas a un número de individuos de extrema derecha.
El miércoles, algunos de estos combatientes volvieron a territorio ucraniano, donde se presentaron ante la prensa, un centenar de periodistas, frente a una veintena de combatientes, algunos de ellos de pie sobre un vehículo blindado robado al FSB ruso.
Aseguran de que pudieron entrar unos 42 kilómetros en el interior del territorio de Rusia y que todos sus integrantes son rusos. Algunos llevan combatiendo desde agosto en el Donbás, otros dicen que llegaron hace cinco meses y los más veteranos están en Ucrania desde el 2014 y 2015, en las regiones de Donetsk y Lugansk.
«Nuestro primer objetivo es detener la guerra en Ucrania, el segundo es derrocar al régimen de Putin, queremos liberar a nuestro país. El ejército ruso es como un coloso con pies de barro, todo el mundo se ha dado cuenta de que la frontera no está cerrada, y si ayer tomamos unas decenas de kilómetros cuadrados, mañana tomaremos cientos de kilómetros cuadrados, no sólo pueblos, sino también capitales regionales», dice César, representante de la Legión de la Libertad de Rusia.
Los combatientes respondieron a las acusaciones sobre su ideología neonazi. «Usted puede llamarme neonazi, puede llamarme como quiera. ¿Qué puedo hacer? Yo tengo mi manera de pensar, mi punto de vista patriota, mi punto de vista tradicional, de extrema derecha, pero nunca me verá alzando una bandera con esvástica, nunca me verá levantando la mano como Hitler, así que ¿por qué usted me va a llamar así?», responde Denis Nikitin, comandante de los Cuerpos de Voluntarios de Rusia.
César asegura que la operación que llevaron a cabo no fue complicada porque la resistencia fue «nula o periódica». «Las fuerzas que la están protegiendo definitivamente no estaban listas para morir por el régimen de Putin», agregó afirmando que todos los combatientes pudieron salir del territorio ruso y que sólo tuvieron dos heridos en sus filas.
Sobre la ayuda de Ucrania, estos opositores rusos fueron tajantes. No hay ayuda militar pero sí logística. «Los ucranianos no apoyan con medicinas, gasolina… Y obviamente con mucho ánimo. También les consultamos sobre la estrategia, sobre si es bueno atacar aquí o allí», dice Nikitin quien asegura que «la causa común es la libertad de Ucrania. La segunda fase posiblemente la tengamos que hacer solos, luchando en el territorio ruso». El objetivo de los dos grupos es acabar con el régimen de Vladimir Putin.