Tecnología
Ciudades inteligentes chinas: ¿Una mejor calidad de vida o un instrumento de vigilancia masiva?
Redacción BLes – A medida que la tecnología avanza con la meta de facilitar la vida de las personas, también avanza proporcionalmente el deterioro de las libertades civiles y los derechos básicos de los humanos. Un claro ejemplo son las ciudades inteligentes en China, que con la introducción de tecnologías capaces incluso de alertar cuando alguien se duerme al volante, el aparato estatal ha penetrado en cada aspecto de la vida privada de sus habitantes.
¿Qué son las ciudades inteligentes?
Aunque el término apareció a principios del año 2000, en 2008 fue IBM quien lo presentó como una iniciativa de marketing argumentando que con la creciente tendencia mundial a la urbanización se creó la necesidad de soluciones tecnológicas para mejorar la habitabilidad y la gestión de los espacios urbanos.
Es decir, el planteo de las ciudades inteligentes era usar la tecnología para mejorar la calidad de vida en las zonas urbanas cuya densidad poblacional trajo inevitablemente problemas en el tránsito, el transporte, la contaminación y el alto consumo de energía.
Con una ‘digitalización’ de toda la información que tradicionalmente se recolecta de forma manual o a través de agencias públicas o privadas y que tarda meses o años en ser procesada, las ciudades inteligentes pueden recolectar en tiempo real toda esta información en una sola base datos para optimizar el funcionamiento de la ciudad y proporcionar soluciones inmediatas.
¿Cuáles son los beneficios de una ciudad inteligente?
Según un reporte presentado por la Comisión de revisión económica y de seguridad entre Estados Unidos y China, las ciudades inteligentes presentan un rango amplio de tecnologías automatizadas en los siguientes campos:
Desde luces en la vía pública inteligentes que pueden apagarse o prenderse según la intensidad de la luz natural, hasta casas que cuentan con un sistema automático de energía que permite ahorrar el consumo de electricidad o gas.
O sistemas inteligentes que, en base al consumo de electricidad, los usuarios pueden pagar precios dinámicos, edificios con sistemas completamente automáticos para el ingreso y egreso de los residentes, luces, y mecanismos de emergencia como incendios, además de sistemas capaces de reciclar la energía.
En el área de uno de los recursos más escasos del planeta, crearon sistemas que miden el consumo de agua, detectan y controlan fugas, realizan un riego inteligente, y pueden controlar de la calidad del agua o detectar contaminantes.
Y en aspecto de la seguridad, el más polémico de todos, las ciudades inteligentes pueden optimizar de la respuesta a emergencias, realizar un mapeo de la delincuencia en tiempo real para atrapar a un sospechoso, o prevenir el crimen con una vigilancia predictiva basada en el comportamiento de los delincuentes.
Con las cámaras de reconocimiento facial, reconocimiento de patentes, los sistemas de alerta temprana, y el ‘manejo de multitudes’, el aparato estatal posee todas las herramientas para efectivamente controlar a la población.
De qué consta la tecnología inteligente
Los principales componentes de la tecnología incorporada a las ciudades inteligentes son las cámaras de reconocimiento facial, aplicaciones de reconocimiento de voz, nubes de almacenamiento, programas de inteligencia artificial incorporados a cámaras y sensores, y las redes 5G.
Todos estos elementos están interconectados a un sistema principal donde se procesa toda la información, se traduce y se interpreta, dando la posibilidad de pronosticar cambios o advertir emergencias.
Las nubes de almacenamiento sirven principalmente para guardar los datos que recolectan las cámaras, sensores y otras aplicaciones con el mismo fin.
Aunque inicialmente los sistemas se crearon a nivel municipal, con el tipo de gobierno centralizado chino, las redes se han expandido a nivel nacional.
El caso de China
China es uno de los países percusores de las ciudades inteligentes. Actualmente cuenta con más de 700 ciudades inteligentes y cientos más están en proceso de incorporar la tecnología.
Un reporte de Bloomberg de octubre de 2021, asegura que el régimen chino alocó 800 mil millones de dólares para producir vehículos eléctricos autónomos, trenes de alta velocidad, redes 5G y redes inteligentes (nubes de almacenamiento y cámaras de reconocimiento facial).
Entre las ciudades inteligentes más avanzadas o con mayor cantidad de tecnología incorporada se encuentran Shanghái, Beijing, Shenzhen y Hangzhou.
Hablando de la vida práctica en estas ciudades, la gente puede hacer compras simplemente mirando a una cámara que identifica a la persona, mientras que algunas empresas han desarrollado mediante cámaras con inteligencia artificial la capacidad de ‘leer las ondas cerebrales’ de sus empleados y predecir cuándo están cansados y deben levantarse para estirar el cuerpo.
Otros reportes aseguran que la tecnología es capaz de advertir cuando un conductor está somnoliento y enviarle un mensaje para llamarle la atención.
Cuáles son las empresas chinas que producen esta tecnología
Huawei, Hikvision, y Dahua son los principales fabricantes de cámaras de reconocimiento facial. Además, Huawei fue el primero en lanzar una red 5G en China.
SenseTime, Megvii y Yitu son compañías de inteligencia artificial cuyos programas se incorporan a las cámaras y sensores para detectar y reconocer personas, patentes de autos, etc.
Alibaba es uno de los principales proveedores de nubes de almacenamiento.
Durante la pandemia, SenseTime desarrolló la capacidad de leer la temperatura de las personas mediante cámaras que el régimen chino instaló en los subterráneos para supuestamente controlar los contagios, enviar a alguien a cuarentena, etc.
China cuenta con al menos 600 millones de cámaras de reconocimiento facial en su territorio, y está muy cerca de tener al menos 1 cámara cada dos habitantes (700 millones de cámaras para los 1400 millones de habitantes).
Todas estas empresas fueron sancionadas por el gobierno de los Estados Unidos que las acusa de proporcionar al PCCh de la tecnología para reprimir disidentes políticos o minorías étnicas.
Según Sounth China Morning Post, investigadores descubrieron un código de software que parecía permitir la elaboración de perfiles étnicos de la minoría uigur de China utilizando inteligencia artificial.
El PCCh está acusado de perseguir, encarcelar, torturar e intentar hacer desaparecer a los uigures en la provincia de Xinjiang. En 2021, la administración Trump designó como genocidio la persecución a los uigures del régimen comunista chino.
Una mejor calidad de vida o un estado de super vigilancia
Mientras que las ciudades inteligentes son presentadas como la solución a la creciente demanda de la vida urbana y efectivamente aportan soluciones a problemas comunes, analistas aseguran que la razón por la que el PCCh busca digitalizar las ciudades es para poder controlar a la población, eliminar a sus enemigos políticos, a las minorías étnicas o grupos religiosos que persigue.
El problema principal del uso de esta tecnología en China yace en la no existencia de un ámbito legal que proteja a los chinos, tanto del sector privado como del aparato estatal.
El PCCh obliga a las empresas mediante legislaciones a compartir los datos biométricos de sus clientes y las compañías ni siquiera están obligadas a avisar que sus datos fueron enviados al gobierno.
Si bien el régimen comunista chino designó algunas regulaciones para prohibir que las empresas colecten los datos biométricos de los chinos arbitrariamente, no existe certeza de que estas regulaciones realmente se estén aplicando, especialmente sabiendo que el gobierno puede acceder a los datos personales de sus habitantes en cualquier momento.
Veamos algunos ejemplos de la implementación de esta tecnología para tener una idea más clara.
Varios reportes en los medios señalan que las cámaras de reconocimiento facial son utilizadas para avergonzar a los peatones que cruzan un semáforo en rojo, o que caminan por un área no peatonal, publicando su foto, datos en las pantallas de la vía pública.
Durante la pandemia, el régimen chino incluso envió drones con cámaras de reconocimiento facial para vigilar que la gente no saliera de sus residencias.
Con cada violación mínima, los chinos pierden puntuación en el sistema de crédito social que a su vez les impide realizar viajes, compras, o incluso acceder a la educación, ni mencionar si alguien decide criticar al régimen en las redes sociales que están vigiladas constantemente.
Otro ejemplo que generó controversia, fue en la ciudad de Dongguan que instaló cámaras de reconocimiento facial en los baños público, supuestamente para prevenir que la gente ‘robe’ el papel higiénico.
La cámara se instaló en el dispensador de papel higiénico y si bajo sus estándares consideraba que la persona ya había sacado suficiente papel, no expendía más.
Los usuarios se quejaron porque en momento de necesidad, no tenían papel higiénico.
En octubre de 2020, medios estatales chinos reportaron que había sitios web chinos que vendían las imágenes, tomadas por las cámaras de reconocimiento facial, al increíble precio de 0.8 centavos de dólar. Otros sitios web incluso ofrecían los documentos de identidad, imágenes e información personal, con los que cualquier que los comprara podía falsificar la identidad para hacer compras.
De hecho, una encuesta de un medio chino, Beijing News Think Tank, encontró que el 96 por ciento de los chinos está preocupado por la filtración de sus datos biométricos mientras que el 90 por ciento se opone a que las empresas los colecten.
Muchos chinos dijeron en la encuesta que no necesariamente aprueban la intromisión de la tecnología en sus vidas privadas, sino que, simplemente viviendo en estas ciudades, no tienen más opción que aceptarlo.
Sin embargo, dado que la encuesta es realizada por una organización en China, no hubo ninguna pregunta que cuestione si están de acuerdo con que el gobierno acceda a sus datos biométricos, pues esto podría terminar en algún tipo de sanción.
El PCCh exporta su tecnología al extranjero
Las ciudades inteligentes no solo se han convertido en una política nacional, sino que el Partido Comunista Chino bajo el liderazgo de Xi Jinping, para incrementar el tamaño de sus empresas dedicadas a este rubro, busca expandir el uso de la tecnología en otros países a través del Proyecto una ruta, una franja (BRI).
Analistas aseguran que, a través de exportar la tecnología de las ciudades inteligentes, el PCCh busca convertirse en la economía más grande del mundo para finalmente dominar el escenario mundial y desplazar a los Estados Unidos.
Existe poca información pública sobre la adquisición de tecnología china por parte de otros países, pero hasta enero de 2020 se han identificado 398 casos en que se exportaron tecnología de ciudades inteligentes por parte de 34 empresas chinas diferentes.
Usualmente son los países emergentes quienes adquieren la tecnología china que es usualmente más económica pero también menos efectiva que la su principal competidor y actual líder en el área, Estados Unidos.
Huawei está produciendo redes 5G con inteligencia artificial/ciudades inteligentes en más de 65 países según un reporte de PBS.
¿Existe un problema real con la tecnología china o es solo la rivalidad de Estados Unidos con el comunismo?
No es ilógico pensar que las administraciones estadounidenses, sean demócratas o republicanas, quieran poner un freno al crecimiento de China, que es gobernado por un régimen comunista, eterno enemigo del mundo libre representado por Estados Unidos.
Pero existen casos concretos en los que la tecnología china ha sido utilizada por gobierno autoritarios para localizar y reprimir disidentes pacíficos, para espiar en las redes sociales, evitar que la gente se organice para manifestarse, etc.
Algunos de estos ejemplos incluyen a Cuba, Venezuela, Ecuador y Etiopia.
Durante la gestión del expresidente Donald Trump, muchas de estas compañías chinas fueron sancionadas, luego de que se descubriera que recolectaban datos de sus usuarios en el extranjero y las almacenaban en sus servidores en China, donde las agencias de inteligencia del PCCh pueden acceder a estos a voluntad.
En enero de 2021, el exdirector de contrainteligencia de los Estados Unidos, William Evanina, realizó declaraciones impactantes sobre cómo compañías chinas que prestaban servicios en los Estados Unidos, colectaron el ADN de los estadounidenses.
Evanina, que ostenta una gran carrera en el FBI, dijo que BGI, una de las firmas de biotecnología chinas más grandes del mundo, estuvo a cargo de testear a la gente en Nueva York, Washington DC y California, y que, a través de los testeos, la compañía colectó los datos biométricos de las personas.
Analistas aseguran que el objetivo final del PCCh, es crear una base de datos biométricos con la que serán capaces de saber qué tratamientos médicos o medicamentos ofrecerles, para finalmente dominar el área de la salud a nivel mundial.
Este es un ejemplo de cómo el Partido Comunista Chino utiliza su tecnología para avanzar en su ambición de dominar el mundo sin tener en cuenta cómo sus acciones socavan su reputación a los ojos de las sociedades occidentales.
Conclusión
Que la tecnología inteligente realmente tenga beneficios para mejorar la vida en las ciudades va a estar ligada a la capacidad de los gobiernos de utilizarla para el bien de la gente y no para su propio beneficio o de las empresas.
En una sociedad donde el estado administra la ciudad y los funcionarios se posicionan como miembros de esa sociedad y consideran los riesgos y el impacto del uso de la tecnología como si fueran sobre ellos mismos, sin la necesidad de extensas regulaciones, los hombres pueden vivir en armonía con los beneficios de la ciencia.
En cambio, cuando los gobiernos se tornan autoritarios, son incapaces de escuchar críticas sobre su desempeño y pretenden ejercer censura en la gente y eternizarse en el poder, la tecnología se convierte en el verdugo de aquellos que supuestamente tendrían que ser beneficiados por esta.