Un paseo nocturno en un taxi sin conductor por las calles de San Francisco. Un servicio que pronto podría llegar a ser tan común como el taxi tradicional. Una comisión estatal ya ha concedido licencias a empresas de vehículos autónomos como Waymo y Cruise.
La fase de prueba ya ha concluido. De unos pocos autos que recogían gratuitamente a pasajeros en horas nocturnas y con tráfico reducido, ahora las empresas ofrecen su servicio de pago al público las veinticuatro horas.
En California las autoridades ya tomaron esa decisión. Pero mucho más importante es el hecho de que la tecnología existe y que no se puede dar marcha atrás. Los ciudadanos de aquí y de otras urbes tendrán que afrontar el impacto de este nuevo medio de transporte. Hoy y en el futuro.