Bernarda Jiménez Clemente
Santo Domingo.- La Embajada de República Dominicana ante el Reino de España informó este miércoles el fallecimiento de Bernarda Jiménez Clemente, ciudadana dominico-española, tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) hace 15 días, mientras disfrutaba de unas vacaciones junto a su esposo, Pedro Álvarez Pastor.
Estudió medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. También realizó estudios sobre endocrinología en la Universidad Complutense y un Máster en Nutrición por la Universidad Autónoma de Madrid.
Bernarda Jiménez, originaria de Moca, República Dominicana, se destacó por su incansable labor social tanto en su país de origen como en España
Cuenta con una amplia experiencia en trabajo social, que ha ejercido en Madrid con inmigrantes desde 1985. Ha escrito numerosos artículos y libros, entre estos «Lucrecia», obra que relata el asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez en España y los maltratos que la misma recibió como inmigrante en esa nación del «viejo mundo».
Jiménez fue «por primera vez», la inmigrante en ocupar un puesto ejecutivo en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), destacaron en el 2008 los medios españoles al ser escogida en ese año como secretaria ejecutiva en la Comisión Federal para encargarse de los temas de integración de los inmigrantes.
Desde hace dos años presidía la Fundación Dominicana para Prevenir la Violencia Juvenil, organización que cofundó con el objetivo de contribuir a la reducción de la violencia entre los jóvenes.
Su legado incluye más de tres décadas al frente del Voluntariado de Madres Dominicanas en España, una organización que asistió a más de 45,000 inmigrantes dominicanas de escasos recursos a regularizar su estatus migratorio en España, ofreciendo apoyo y asistencia integral a esta vulnerable comunidad.
La embajada expresó su solidaridad con su esposo, don Pedro, sus hijos Pedro Luis y Stephany, y con toda su familia, quienes enfrentan esta irreparable pérdida junto a una amplia comunidad de amigos y dolientes.
Bernarda Jiménez deja un vacío profundo entre los que la conocieron y admiraron, tanto en República Dominicana como en España, donde su trabajo incansable la convirtió en un ejemplo de compromiso y dedicación al bienestar de los demás.