La policía española anunció este jueves el arresto de un miembro destacado de la Mocro Maffia, organización criminal de origen marroquí en Países Bajos, quien lideraba una red de narcotráfico y blanqueo en el sur de España que había adquirido al menos 172 propiedades.
«Se ha logrado detener al líder de un clan de la Mocro Maffia, que era objetivo prioritario tanto para Países Bajos como para la Policía Nacional» española, indicó en rueda de prensa Fernando Alonso, jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) del cuerpo de seguridad.
Fuentes de la policía identificaron al detenido como Karim Bouyakhrichan, hermano de Samir, también miembro de la Mocro Maffia, quien fue asesinado en 2014 cerca de Marbella, sur de España.
Ese asesinato produjo una «reorganización de los clanes» en esa zona y activó la investigación policial, explicó Daniel Vázquez, inspector jefe de la UDEF.
En la operación también fueron detenidos otros cinco miembros de la red, entre ellos «el cerebro de la estructura de blanqueo», según Vázquez, quien dijo que la investigación sigue abierta y no se descartan nuevos arrestos.
Karim Bouyakhrichan, actualmente en prisión provisional, encabezaba una red «dedicada, presuntamente, al tráfico internacional de sustancias estupefacientes a gran escala», principalmente introduciendo cocaína a España, «así como al blanqueo de capitales», señaló la policía en un comunicado.
La red había realizado operaciones de blanqueo «por un importe de 6 millones de euros (6,53 millones de dólares)», a través de «una sólida infraestructura personal, marítima y mercantil con presencia» en varias ciudades de España, además de Marruecos, República Dominicana, Países Bajos y Emiratos Árabes, según la policía.
La organización criminal utilizaba mercantiles interpuestas, así como la metodología del “Hawalla” y el uso de testaferros para blanquear importantes cantidades de dinero con las que posteriormente adquirían bienes muebles e inmuebles.
Las autoridades le bloquearon a la organización 172 propiedades inmobiliarias, valoradas en su conjunto en 50 millones de euros (54 millones de dólares).
La policía llevaba cinco años tras la pista de Karim Bouyakhrichan, quien era muy difícil de localizar porque se movía mucho entre países, «era una persona muy cauta en sus comunicaciones», usualmente encriptadas, y tenía su propio servicio de seguridad, dijo Vázquez.
Bouyakhrichan y los otros detenidos, de quiénes la policía no dio sus nacionalidades, serán enjuiciados en España y luego enviados a Países Bajos, que los ha pedido en extradición para procesarlos por delitos relacionados con ese país.