Una vida contada en tatuaje.
Es el caso de la colombiana Yeni Arias, quien deja los Juegos Panamericanos de Santiago-2023 con una plaza en París-2024 y una medalla de oro en el boxeo, deporte que le redimió cuando había caído en las garras de las drogas.
«Si Dios con nosotras, quién contra nosotras. Flor y Mari», se lee en su brazo izquierdo, en uno de los muchos mensajes que lleva entintados sobre su piel. Imborrables.
Flor es el nombre de su madre. Mari es su hermana Maribel, quien la llevó a un gimnasio de boxeo cuando era una muchacha para alejarla de las calles.
«Mi hermana me llevó (al gimnasio) por el problema que tenía con las drogas y cambié droga por deporte», relató a la AFP esta boxeadora de 32 años, después de uno de los combates en camino al oro panamericano.
– «La victoria llegará» –
Nació en el Valle del Cauca (suroeste de Colombia), pero creció en Pereira. Su familia fue desplazada por la violencia de las guerrillas, los paramilitares y el narcotráfico.
Su padre, Luis Alberto, tuvo un grave accidente trabajando en una finca de café cuando ella era una bebé, con una fractura de columna.
«Confío en el poder de Dios y sé que la victoria llegará», reza un tatuaje en su antebrazo izquierdo.
La victoria, en efecto, le acompañó este viernes en la final de los 54 kg ante la brasileña Tatiana Chagas, con lo que se colgó el primero de los trece oros entregados en la jornada de finales del boxeo de Santiago-2023.
«Gracias a Dios, al lado de Dios, siempre me sale todo muy bien», comenta Arias, quien deja claro que cada uno de sus tatuajes representan cosas «muy importantes» en su vida.
El elemento religioso es constante.
Talvez sea un impulso para su resiliencia, cuestión de familia, pues su padre volvió a caminar aunque los médicos le dijeron que no lo haría.
«El mejor entrenador es Dios», lleva escrito Arias en el brazo derecho.
Ello no le quita méritos a sus entrenadores. «Son de los mejores junto a los de Brasil», expresó la colombiana a un costado del ring en el que se disputaron los combates panamericanos. «Rafael Iznaga, José Salinas y Raúl Ortiz… Agradezco al que me inició, Jud Franklin Granada, que siempre ha estado muy pendiente de mí y también me ha dado muy buenos consejos y muy buenas bases».
«Un momento de dolor vale toda una vida de gloria» se lee en el antebrazo derecho de Arias.
Una fractura en la mano, ya curada, le sigue molestando cuando golpea duro.
– Olímpicas –
Arias es una de las tres boxeadoras de Colombia que consiguieron en los Panamericanos plazas para París-2024, junto a Valeria Arboleda y Angie Valdés. Los aros olímpicos forman parte de sus tatuajes, en el hombro izquierdo, un recordatorio de su participación en Tokio-2020.
La medallista olímpica Ingrit Valencia, en contraste, no pudo conseguir el objetivo.
Aunque lejos de Brasil y sus cuatro campeonas panamericanas -Beatriz Soares Ferreira, Caroline De Almeida, Juceliene Cerqueira y Barbara Dos Santos-, el boxeo femenino colombiano se hizo notar.
«Estamos en subida y yo creo que lo hemos demostrado», dijo a la AFP Arboleda.
No faltó el reconocimiento de Arboleda a Valencia con el impacto que tuvo el bronce que la veterana consiguió en Rio de Janeiro-2016 en el peso mosca (48-51 kg): «Ella es un gran ejemplo a seguir. Ella es, para mí, la base de todo, la primera medallista olímpica que tuvimos».
«El boxeo femenino ha cogido vida a través de nuestra campeona Ingrit Valencia, Yeni Arias, Paola Caicedo», dice a su vez Valdés.
«Cuando el boom comenzó con ellas, yo era juvenil. Nos abrieron las alas».