La ingesta de un cuerpo extraño es el paso al tracto digestivo (esófago, estómago e intestino) de un objeto. En la mayoría de casos se trata de una ingesta accidental en niños en edad preescolar o escolar, registrándose la mayor incidencia en torno a los tres años. En estos casos las monedas son el cuerpo extraño más frecuentemente ingerido. Otros cuerpos extraños frecuentes son agujas, alfileres, partes de juguetes y canicas.
El 80% se eliminan espontáneamente, un 19% precisan endoscopia (segunda causa más frecuente de endoscopia en la edad pediátrica) y un 1% extracción quirúrgica.
Una situación especial es la ingesta de pila de botón, compuesta por metales pesados, que puede producir lesiones por tres mecanismos: presión, quemaduras eléctricas de bajo voltaje y necrosis de la mucosa digestiva por liberación de su contenido tóxico (mercurio, zinc, óxido de plata, litio y, a veces, hidróxido sódico o potásico).
La probabilidad de producir algún tipo de repercusión sobre la salud depende de las características del objeto ingerido. Su tamaño, forma y composición determinan, en primer lugar, su capacidad de progresión a lo largo del tracto digestivo y, en segundo lugar, el posible daño local que pudieran causar por mecanismos físicos o químicos.
Cuerpos extraños en esófago
Suponen un 20% de los casos y se localizan con más frecuencia en su tercio medio. Generalmente suelen producir dolor en la región central del pecho, dolor con la ingesta y acumulación y salida de saliva por la boca por dificultad para tragar.
En algunos casos más leves puede pasar desapercibida y producir complicaciones por perforación del esófago o por neumonías por aspiración. Por eso es recomendable su extracción en todos los casos mediante endoscopia.
Cuerpos extraños en estómago
Es la localización más frecuente en el momento del diagnóstico (60%). En niños mayores, objetos de menos de 2 cm de anchura y hasta 5 cm de longitud pueden salir del estómago sin dificultad. En niños pequeños y lactantes, el límite de longitud es de 3 cm.
Es recomendable extraer aquellos cuerpos extraños con alto riesgo de complicaciones: tamaño superior al arriba indicado, objetos punzantes y/o cortantes (agujas, alfileres, vidrio,…), pilas de botón e imanes, en el caso de haber ingerido varios.
En el resto de los casos, que suponen la mayoría, los cuerpos extraños se expulsarán con facilidad y no es necesaria la hospitalización. Se aconseja dieta rica en fibra y vigilar las heces buscando el objeto y se indicará volver al niño a urgencias si no lo expulsa en dos semanas o si aparece dolor abdominal, vómitos o sangrado por el recto. No está indicada la administración de laxantes, aunque ocasionalmente pueden utilizarse aceites minerales.
Cuerpos extraños en intestino delgado
Suponen un 11% de los casos. La progresión de los cuerpos extraños que han llegado a este nivel suele ser fácil y a ritmo intestinal normal. Sólo está indicada su extracción mediante endoscopia en el caso de cuerpos extraños con alto riesgo de complicaciones que estén localizados en duodeno. En el caso de no ser accesibles por endoscopia, es aconsejable la hospitalización del niño. Son signos de alarma, e indicaciones de cirugía, el dolor abdominal, los vómitos, la fiebre y el sangrado por el recto.
En el resto de los casos, las recomendaciones y la actitud son las mismas que en el caso de cuerpos extraños alojados en el estómago.