La especialista de la ginecoobstetricia Jenny García alertó ayer sobre la necesidad de que en el país se trabaje para reducir los altos índices de cesáreas, que en el sector privado supera el 90% de los nacimientos que se registran.
La especialista, quien preside la sección dominicana del Distrito III del Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia, dijo que hay preocupación porque el país ocupa el primer lugar de la región latinoamericana en tener el mayor índice de cesáreas.
Señaló que los últimos informes indican que el 63% de los nacimientos en el sector público ocurre por procedimiento de cesáreas y esto se eleva al 91% en los establecimientos privados.
Aunque reconoce que hay condiciones que obligan a que la madre sea sometida a un procedimiento de cesárea, dijo que es indudable que muchas de las que se practican en el país no caen dentro de ese esquema, por lo que pueden considerarse innecesarias.
Explicó que, para crear consciencia en los médicos en formación, la sociedad de gineco-obstetricia realiza labores de educación y formación dirigida a que los médicos residentes de esa especialidad conozcan la importancia del parto vaginal y puedan acompañar a las madres en ese proceso.
Recordó que una cesárea es un procedimiento quirúrgico, por lo que encierra mayores riesgos y gastos tanto para la familia como para el sistema de salud. Destacó que el 98% de los nacimientos en el país ocurren dentro de un establecimiento de salud.
Entiende que lo normal sería que más del 80% de los partos sea por vía vaginal, lo que permite una más rápida integración de la madre a su vida habitual y reducir los riesgos de una cirugía.
Dijo que en el país la cesárea tiene matices culturales, donde las madres piden que se les practique, porque se niegan a aguantar dolor, incluyo las madres de las propias embarazadas no quieren ver que sus hijas vivan esa experiencia.
No obstante, señalo que no debe satanizarse la cesárea, porque hay condiciones que llevan a que necesariamente tenga que practicarse.