Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Brigham Young (Estados Unidos), y publicado en el ‘Journal of Applied Physiology’, ha negado la creencia de que menstruación perjudique el rendimiento físico de las mujeres.
«Las mujeres con ciclos regulares tuvieron el mismo desempeño en la fase alta en estrógeno, la fase alta en progesterona y durante la menstruación, que cuando hay bajas concentraciones de ambas. Esa información muestra que no deberíamos excluir a las mujeres de la investigación basándonos en la idea de que sus ciclos menstruales van a sesgar los resultados», han dicho los expertos.
De hecho, el estudio demostró los motivos por los que es crucial incluir mujeres en la investigación. Si bien los ciclos menstruales de las mujeres no afectaron su ejercicio, hubo diferencias clave entre cómo se desarrolló la resistencia de las mujeres y los hombres. Por ejemplo, las mujeres alcanzaron el agotamiento por fatiga muscular alrededor de un 18 por ciento más rápido que los hombres, incluso cuando se ajustaron a la masa muscular, posiblemente porque su cuerpos pueden reservar más energía.
Aunque las participantes femeninas a menudo les dijeron a los investigadores que sus ciclos menstruales afectaban cómo se sentían y qué tan bien esperaban desempeñarse, sus resultados medibles no mostraron «absolutamente ningún cambio». Si bien se sabe que las hormonas como el estrógeno influyen en la dilatación de las arterias y en la forma en que la sangre fluye hacia los músculos, esos procesos subyacentes «no afectaron el rendimiento general».