Rafael Ávila vivió amando el béisbol, desde su natal Cuba, República Dominicana y los Estados Unidos, como parte de los Dodgers de Los Ángeles, equipo de las Grandes Ligas donde por su escauteo fueron peloteros destacados quisqueyanos, Venezuela, México, Colombia y Panamá.
Tenía 92 años
Su muerte fue anunciada el lunes 30 de enero a la edad de 92 años en Pembroke Pines, Miami; afectado por Alzheimer.
Desde el 1970 fue parte de los Dodgers, donde llegó a ocupar la posición de vicepresidente y asesor senior de los escuchas para América Latina.
A Ávila, nativo de Cuba, le sobreviven su esposa Doña Gloria y sus hijos Rafael y Alberto (Chungo). Este último fue pelotero profesional y gerente de los Tigres de Detroit por espacio de 6 años, hasta el año pasado.
En la República Dominicana desempeñó el cargo de gerente interino de los Tigres del Licey y responsable en varias ocasiones de la selección nacional de béisbol, incluyendo la medalla de oro lograda en Cuba, un equipo dirigido por Luis Ángel Montalvo.
Su participación en el béisbol criollo fue considerada para su ingreso al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano exaltado como propulsor en el Ceremonial de 1996.
En el 1987 fundó y construyó la primera academia de Grandes Ligas en el país, con el apoyo de Peter O’Malley, ex dueño de los Dodgers.
Su nombre está en CooperstownAdemás de Pedro Martínez, su primer jugador llegado a la inmortalidad de Cooperstown, fue quien firmó a su hermano Ramón, Raúl Mondesí, José Antonio Offerman, Pedro Julio Astacio, Félix Rodríguez y a Juan Bell.
También a Henry Rodríguez, José Vizcaíno, Jorge Bournigal, Gilberto Reyes, José Tapia, Braulio Castillo, Darío Veras, José Rafael González, Alejandro Peña y Manuel Francois.
Su opinión fue clave para la firma y formación de Raúl Valdez de México, Omar Daal y Henry Blanco de Venezuela, los cuales estuvieron en Campo las Palmas bajo su orientación. También su opinión fue final para que los Dodgers fichen a Adrian Beltré.
Lo que hizo Ávila con Piazza y Rodríguez
Mike Piazzafue firmado como tercera base y en su carrera en las Grandes Ligas jugó como receptor para Dodgers de los Ángeles, Marlins de la Florida, Mets de Nueva York, Padres de San Diego y Atléticos de Oakland, hasta su retiro y posterior ingreso al Salón de la Fama de Cooperstown.
Félix Rodríguez, firmado como receptor, jugó como lanzador para los Dodgers, Rojos de Cincinnati, Arizona Diamondbacks, Gigantes de San Francisco, Filis de Filadelfia, Yanquis de Nueva York y Nacionales de Washington.
Ambos jugadores fueron trasladados a su posición final por instrucciones de Ávila, mientras estuvieron en Campos las Palmas, hogar de los Dodgers en Guerra, República Dominicana.