El presidente estadounidense, Joe Biden, recibió este martes una nueva dosis de refuerzo adaptada contra las nuevas variantes del COVID-19 e instó a la población a hacer lo mismo para contener la pandemia del coronavirus.
«Insto a todos los estadounidenses a recibir su dosis lo antes posible. Las antiguas no ofrecen una protección total», señaló ante la prensa justo antes de que una enfermera lo vacunara en directo.
El mandatario se había puesto el pasado 30 de marzo la segunda dosis de refuerzo de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19, un día después de que el regulador sanitario estadounidense la autorizara para mayores de 50 años.
Biden se aplicó su primer refuerzo en septiembre de 2021. Había recibido la segunda dosis de la vacuna de Pfizer el 11 de enero de ese año y la primera en diciembre de 2020, en actos televisados en los que animó a los estadounidenses a inmunizarse.
Estados Unidos es el país más afectado del mundo por el COVID-19, con 97 millones de casos y 1.06 millones de muertes desde el inicio de la pandemia, según datos de este lunes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Actualmente registra 260,808 nuevos casos y 2,566 muertes semanales, así como 3,035 hospitalizaciones diarias de media por esa enfermedad.
Biden se contagió del COVID-19 el pasado julio y salió del aislamiento el día 27 de ese mes. Sin embargo, después de dar negativo durante cuatro días consecutivos, una nueva prueba de antígenos mostró que el virus aún estaba presente en el organismo del mandatario y lo obligó a aislarse una segunda vez.
«Este virus cambia constantemente», recalcó este martes, subrayando que las dosis de refuerzo son «increíblemente efectivas» porque la variante ómicron todavía no había surgido cuando aparecieron las primeras vacunas.
Biden aprovechó el momento para criticar que los republicanos no incluyeran nuevos fondos contra la pandemia en el proyecto de ley de gastos a corto plazo aprobado el pasado 30 de septiembre, que evitó un cierre temporal del Ejecutivo.
«Algunos dicen que no necesitamos financiación, que no hay razón por la que el Gobierno debería pagar, pero esto es una emergencia sanitaria global. Si queremos superarla, la lucha debe ser conjunta», concluyó.