El número de fallecidos por la explosión ocurrida la víspera en el hotel Saratoga en La Habana aumentó a 26, incluida una turista española, informaron este sábado las autoridades cubanas.
El primer secretario del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba en La Habana, Luis Antonio Torres, precisó que 25 de los muertos han sido identificados y ya se han contactado a sus familiares.
Entre las víctimas hay cuatro niños y una embarazada; y la mayoría de los fallecidos son de La Habana, tres de Holguín (oriente), uno de Matanzas (occidente), añadió la fuente citada por el diario local Tribuna de La Habana.
También trascendió que una turista española falleció en el suceso y otro turista de la misma nacionalidad se encontraba entre los lesionados reportados como “muy graves”, según informaron a Efe fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
Los heridos suman los 64: 50 adultos y 14 menores.
Durante toda la noche han proseguido en el lugar del siniestro las labores de desescombro y rescate, entre fuertes medidas de seguridad, ante el riesgo de nuevos desprendimientos.
El suceso se produjo minutos antes de las 11 de la mañana, cuando un camión cisterna de gas licuado servía un depósito del hotel. La tesis más probable es que la explosión se debiese a un escape.
La explosión hizo que colapsase una sección del edificio -de siete alturas- y que se desprendiese la fachada de los tres primeros pisos, provocando una lluvia de escombro sobre la acera. El camión cisterna quedó parcialmente sepultado.
La explosión provocó una gran columna de humo blanco, que fue visible en gran parte de la capital.
Al lugar de los hechos acudieron rápidamente bomberos, agentes de policía y equipos de emergencias, que trasladaron a los afectados a varios centros hospitalarios. Un colegio cercano fue evacuado.
Un grupo de especialistas comenzó entonces a desescombrar la zona en busca de posibles víctimas atrapadas en el edificio, tareas que se prolongaron hasta la noche.
El Saratoga se encuentra en un edificio de estilo neoclásico construido en 1880, que desde 1911 funciona como hotel. Su última restauración tuvo lugar en 2005, según medios oficiales.
Con cinco estrellas, el hotel es considerado uno de los más lujosos de la ciudad. El establecimiento se encuentra en pleno Paseo del Prado, una de las principales avenidas de la Habana Vieja, en el centro histórico de la capital cubana.