SANTO DOMINGO.- El pastor y evangelista Alvin Peña expresó que en la actualidad las iglesias están llenas de “delincuentes y falsos profetas” que van por la vida predicando mandatos que Dios nunca hizo, que según expuso, ha arrastrado a muchas personas a la desgracia y el pecado, alejándolos de Dios y su camino.
“Hay una serie de delincuentes y falsos profetas, gente que está hablando cosas que Dios no les ha dicho, y esto está arrastrando a muchas personas a que no crean en Dios y lamentablemente han caído en desgracia y en pecado”, indicó.
En el programa “Kairos”, transmitido por la plataforma digital El Nuevo Diario TV, Peña sostuvo que hay una serie de requisitos y características expuestas en la palabra de Dios con los que debe cumplir un pastor para llevar el mensaje del Creador a los demás.
“El libro de primera de Timoteo, capítulo 3 dice: si alguno anhela obispado, buena obra desea, pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador y apto para enseñar”, indicó.
Continuó diciendo que este mismo libro especifica que un pastor no debe estar “dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino que debe ser amable, apacible y no avaro, que gobierne bien en su casa, que tenga a sus hijos en su ejecución con toda honestidad; pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?”.
Sostuvo que un ministro no debe ser neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo; por tanto, también es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera para que no caiga en descrédito o en los lazos del demonio.
“Los pastores debemos tener la carta clara delante de Dios para poder dirigir al pueblo, porque cómo vamos a dar lo de Dios si no lo tenemos, no podemos dar lo de Dios medias. El otro día me encontré con una persona que dejó de visitar una iglesia, porque el pastor le dijo que iba a orar por ella, pero que debía poner una ofrenda”, narró.
Comentó que todo el que abre la puerta un pecado los demás le siguen; por tanto, dijo que es necesario tener cuidado porque Dios va con la abundancia y la fama mas no con la avaricia.
“Usted puede ser un hombre, pero debe tener un corazón sano para poder dirigir a otros, porque es una persona con un corazón enfermo no puede dirigirse así mismo, una persona con maldad, rencor y hablando mal de los demás no puede dirigir a nadie”, consideró.